lunes, 26 de septiembre de 2016

Ayotzinapa, dos años.

  


 El 26 y 27 de septiembre de 2014, en una de las zonas más pobres y marginadas del país, las autoridades cometieron uno de los actos más terribles de los que se tenga noticia, el arresto, tortura y posterior “desaparición” de 43 estudiantes, aunado a la muerte deliberada de personas por el mero hecho de ser  jóvenes y estar pasando por el sitio.
   El gobierno federal tardó casi un mes en reaccionar ante el hecho, en este tiempo la noticia había recorrido el mundo, muchas organizaciones a lo largo y ancho del planeta pedían explicaciones, comisiones nacionales e internacionales de Derechos Humanos señalaban incluso a los responsables de esta atrocidad.
   Ya para cuando hubo una muy tibia respuesta oficial, mentes muy torcidas habían tergiversado los hechos e incluso destruido pruebas que pudieran identificar a los autores intelectuales y materiales.
   Los medios masivos nacionales fueron usados por autoridades de todo nivel para mostrar una historia llena de inconsistencias y embustes, queriendo justificar lo injustificable.
   Esta respuesta oficial siempre ha estado tratando de ligar a los estudiantes con movimientos subversivos y con la producción y tráfico de enervantes, siendo para la oficialidad un asunto de "ajuste de cuentas" entre gente dedicada al crimen. No han logrado demostrar su hipótesis.
   Las víctimas, sobrevivientes de esta noche trágica, defensores de Derechos Humanos, historiadores, investigadores y gran parte de la población civil, señalan al Estado como responsable directo de estos hechos.
   La noche del 26 al 27 de septiembre de 2014, un grupo de estudiantes de la Normal Rural Raúl  Isidro Burgos, fueron comisionados por la asamblea de estudiantil para tomar algunos autobuses, la idea era preparar un contingente que se presentara a la marcha que se realiza en la Ciudad de México en conmemoración de la terrible masacre ocurrida en Tlatelolco el año de 1968.
   La respuesta policíaca fue atrozmente desproporcionada, los elementos abrieron fuego con sus armas de cargo contra los autobuses, los estudiantes iban desarmados, las autoridades quisieron sembrar dudas al respecto, pero nunca pudieron demostrar o probar que los estudiantes portaran armas, no hay evidencia alguna de disparos desde el interior de las unidades de transporte.



   Tal fue la desmedida acción policíaca, que incluso un camión que transportaba a los jugadores de un equipo juvenil de futbol, fue acribillado con el resultado de tres muertos, un joven jugador y los ocupantes de un taxi que también pasaba por este lugar y tiempo. Para el 27 de septiembre, todo esto resultó en seis muertos, más de cien heridos y cuarenta y tres desaparecidos.

Autobús del equipo de futbol "Avispones"

   “Desaparecidos”, palabra usada por los responsables de estos crímenes para lavarse las manos y no asumir las consecuencias de sus injustificables actos.
   Hay muchas dudas con respecto a la participación del ejército, los altos mandos señalan y justifican la no participación de sus elementos, incluso declararon que fueron engañados por la policía local, lamentable posición del órgano encargado de salvaguardar la seguridad nacional.
     Las declaraciones de los sobrevivientes contradicen la versión castrense.
   Esa noche se cometieron actos terribles, muchachos que en todo caso debieron ser arrestados y presentados ante la autoridad para ser juzgados por los cargos que se desprendieran de sus actos, fueron asesinados abiertamente, como el caso de Julio Cesar Mondragón, joven que fue arrestado por la policía y pocas horas después fue encontrado muerto, le habían arrancado los ojos y la piel de la cara. La policía declaró que lo habían encontrado ya fallecido y que la fauna nociva habría causado el daño en la cara del estudiante. Las autoridades dieron por buena la historia y no hicieron más averiguaciones.
   La verdad histórica propagada por el gobierno federal se ha ido cayendo desde el mismo día en que fue expuesta, inexactitudes, falacias, testigos muy cuestionables, torpes interpretaciones, apariciones mágicas de evidencia donde antes no la había, huesos calcinados sacados de la chistera, incluso imposibles asuntos físicos como el fuego donde habrían sido cremados los cuerpos, fueron utilizados para la construcción de esta ficción que nos ha sido machacada noche y día, hasta la náusea.
   Los medios digitales no han sido ajenos a este bombardeo mediático, grupos de filiación gubernamental, pagados con recursos públicos se dedican a tergiversar, denostar insultar y hasta se han burlado de los estudiantes de Ayotzinapa.



   Es en estos medios donde gente afín a la posición oficial pide repetir la “hazaña”, no solo para con estudiantes de las normales rurales sino con la población indígena del país, en una especie de resurrección de los escuadrones de la muerte, pues según estas personas sería la forma ideal de terminar con la pobreza y la marginación.



   Hoy se sabe mucho más de aquellos hechos, el esfuerzo por ocultar y tergiversar la historia no resultó, se sabe del quinto autobús, aquella unidad que llevaba oculta una carga de goma de opio, se sabe de autoridades coludidas con narcotraficantes, se sabe de los nexos del gobierno local con los cárteles, se sabe que el error de los estudiantes fue tomar aquel autobús cargado. Poco se ha sabido de las circunstancias, pero mucho se ha sabido de las certezas.

Clemente Rodríguez

   Conocimos y platicamos con Clemente Rodríguez padre de Christian uno de los 43, a dos años el dolor continúa. Juró que el gobierno no lo vería llorar, su promesa se ve comprometida por el recuerdo de su hijo, de cuando lo pudo salvar a los escasos ocho meses de edad y que ahora es incapaz de encontrarlo y salvarlo de nuevo, dos años de extrañar sus risas, sus comentarios, dos años de no ver su mirada. Los ojos se le llenan de lágrimas y recuerdos luminosos.


   Clemente se hizo un tatuaje en el brazo izquierdo, una imagen llena de raíces y significados, de caminos tortuosos, esperanza de vida y reencuentros, es la imagen de una tortuga-mariposa que vuela por el laberíntico camino de la concha del caracol, donde no importa el tiempo, encontrará a su hijo-tortuga y lo cubrirá con su caparazón-escudo.

   Los ejecutores, los de los mandos, los encargados de la administración pública, todos tienen nombres, todos son responsables, han administrado la violencia y apostado por el olvido, han hecho hasta lo imposible para cubrir con “cajas chinas”, noticias falsas, escándalos banales y tonterías  los medios nacionales, pero la verdad grita tan fuerte que no les ha sido posible parar esta voz que se gestó hace ya dos años y que sigue resonando en México y el mundo; ¡Justicia Ya!
   México se ha convertido en un asunto muy triste y extraño, donde las autoridades de todo nivel ocultan, justifican, intimidan y se niegan a la búsqueda de los 43, mismas autoridades que se dan a la tarea de dar recomendaciones oportunas para la búsqueda y localización de los pokemones.
    Ante la apuesta por el olvido y la simulación no queda sino reclamar el recuerdo y exigir justicia para los 43 de Ayotzinapa, para sus familias, para los 22,000 “desaparecidos”, para todos y cada uno de nosotros habitantes de México y del mundo, pues nadie merece padecer la absoluta incertidumbre y angustia de no tener ni siquiera la certeza de que sus hijos viven o no.

Nunca más otro Ayotzinapa en ningún lugar del mundo.


jueves, 1 de septiembre de 2016

Mariachis

  


 Andando de curioso, me encontré con que Iraida había previsto una serie de entradas que no publicó, una de ellas me llamó la atención, Los Mariachis.
    Abrí el borrador y descubrí que no había nada escrito.
   Así que retomo la idea de Iraida y con todo respeto y en su memoria, les ofrezco esta breve semblanza de los mariachis.


linograbado. Marina Pallares

   No hay un inicio claro de la música mariachi, incluso la palabra “mariachi” está rodeada de incertidumbre.
   Durante mucho tiempo se consideró que la palabra venía de tiempos de la ocupación francesa (1862), cuando soldados del ejército invasor llegaron a la zona de Cocula Jalisco, escucharon esta especial música durante una boda, al preguntar el traductor les dijo “Cést un mariage”.
   Del francés “mariage” se habría transformado hasta llegar al “mariachi”
   Sin embargo, a principios de 1980 se encontró una serie de documentos antiguos, entre ellos la carta del presbítero Cosme de Santa Ana al Arzobispo Diego Aranda y Carpinteiro, fechada el 7 de mayo de 1852 donde dice:

   “Al acabarse los divinos oficios de mi parroquia en el sábado de Gloria, encuentro en la plaza y frente de la misma iglesia se hallan dos fandangos, una mesa de juego y hombres que a pie y a caballo andan gritando como furiosos en consecuencia del vino que beben y que aquello es ya un desorden muy lamentable; sé que esto es en todos los años en los días solemnes de la resurrección del Señor, y sólo que ya sabemos cuántos crímenes y ecsesos se cometen en estas diversiones, que generalmente se llaman por estos puntos, mariachis”

     Esta carta es anterior a la intervención francesa en México y por tanto, echaría abajo la teoría gálica.
    Otra teoría es que la voz viene de la conjunción de varias lenguas autóctonas que se dieron tras la conquista.
   Según esta historia, los indios Coca tenían una infinita capacidad para aprender e interpretar la música traída por los españoles, y pronto compusieron una canción dedicada a la Virgen María, este canto se llamó “María Ce Son” (la canción de María), la voz se transformaría en “María se” y de ahí “Mariachi”.
     Por supuesto existen muchas más teorías al respecto.
    Lo cierto es que nadie sabe a ciencia cierta el origen de la voz, ni tampoco de la parte musical, lo más aceptado es que es el resultado de la idea musical e instrumentos europeos con la tradición e influencias musicales indígenas.




Conjunto Mariachi, integrado por conjunto de cuerdas.


    Los instrumentos europeos fueron adoptados rápidamente e incluidos en toda la actividad musical autóctona, la música mariachi no estuvo exenta de esta influencia, se sabe que los primeros mariachis contaban únicamente con instrumentos de cuerda (guitarra, guitarrón, vihuela, violín y en ocasiones arpa), se dice que en la huasteca (zonas cercanas al Golfo de México) se incluyó la flauta para interpretar sones llamados “Huapangos”.
   Durante toda la época colonial se consideró la música mariachi como un asunto menor y propio de castas inferiores, no fue sino hasta 1905 que se le dio cabida oficial, en el aniversario de Porfirio Díaz se mandó traer grupos de mariachis para la celebración.



Mariachi Vargas de Tecalitlán

   De los mariachis más famosos son sin duda el Mariachi de Tecolotlán y el Mariachi Vargas de Tecalitlán, fundado en 1898 por don Gaspar Vargas, este grupo musical es referencia internacional por su calidad interpretativa y apego a sus raíces tradicionales.






   Para 1936 el entonces candidato a la presidencia, el Gral. Lázaro Cárdenas del Río incluye esta música como parte de su campaña electoral.
    Es desde ahí que esta música se difunde y diversifica en todo el territorio nacional.



General Lázaro Cárdenas del Río


    En la actualidad el mariachi cuenta con alientos metal, alientos madera y la consabida sección de cuerdas, un conjunto de mariachis requiere el concurso de al menos dos integrantes, no hay un máximo pero los conjuntos más grandes llegan a tener hasta veinte integrantes.
   El cine contribuyó a la divulgación internacional de la música mariachi, con figuras como Jorge Negrete, Pedro Infante y Javier Solís entre otros.


   Por último, Iraida nos dejó tres enlaces que ahora comparto:










   Para mayor información de los Mariachis recomiendo la siguiente página: http://www.mariachi.com.mx/elmariachiorigenysignificado.html